Frente al poderosísimo grupo de los 11 mexicanos más ricos del orbe, de acuerdo a la revista Forbes, se encuentran 44 millones de pobres a secas.
Si 44 de cada 100 mexicanos viven en la pobreza, un exclusivísimo grupito de 11 acumula una fortuna de $125 mil 100 millones de dólares, equivalentes a 12.4 por ciento del valor de todos los bienes y servicios producidos por el país durante un año y cantidad superior a la reserva internacional de divisas, estimada en $121 mil 900 millones de dólares y que tanto ostenta el actual y los gobiernos anteriores, tricolores y blanquiazules, como sinónimo de fortaleza del peso y de la economía, evidencia de la certeza del rumbo macroeconómico que no se refleja en el bolsillo de las mayorías desde 1982.
Ambos, el decisivo grupúsculo y la multitud empobrecida, son producto neto de una ruta macroeconómica impuesta a raja tabla, como dogma de fe, por los gobiernos tecnocráticos cobijados por los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, a partir de diciembre de 1982, y hasta hace una década a cargo del segundo.
El porcentaje de pobres a secas, no en condición extrema por supuesto, y la gigantesca fortuna de 11 de los dueños de México, están fuera de toda sospecha ideológica y política porque no corresponden a ninguna agrupación anticapitalista sino a la divulgadora de los éxitos de los barones del capitalismo, la revista Forbes, dados a conocer el 9 de marzo.
Si 44 de cada 100 mexicanos viven en la pobreza, un exclusivísimo grupito de 11 acumula una fortuna de $125 mil 100 millones de dólares, equivalentes a 12.4 por ciento del valor de todos los bienes y servicios producidos por el país durante un año y cantidad superior a la reserva internacional de divisas, estimada en $121 mil 900 millones de dólares y que tanto ostenta el actual y los gobiernos anteriores, tricolores y blanquiazules, como sinónimo de fortaleza del peso y de la economía, evidencia de la certeza del rumbo macroeconómico que no se refleja en el bolsillo de las mayorías desde 1982.
Ambos, el decisivo grupúsculo y la multitud empobrecida, son producto neto de una ruta macroeconómica impuesta a raja tabla, como dogma de fe, por los gobiernos tecnocráticos cobijados por los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, a partir de diciembre de 1982, y hasta hace una década a cargo del segundo.
El porcentaje de pobres a secas, no en condición extrema por supuesto, y la gigantesca fortuna de 11 de los dueños de México, están fuera de toda sospecha ideológica y política porque no corresponden a ninguna agrupación anticapitalista sino a la divulgadora de los éxitos de los barones del capitalismo, la revista Forbes, dados a conocer el 9 de marzo.
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